domingo, 22 de diciembre de 2013

REFLEXIONES:¡UPS! ME ENAMORÉ DE MI MEJOR AMIGA


Cuando una relación de amistad se convierte en algo más que nos puede facilitar o complicar la vida hay que tomar decisiones.

Reflexiones: ¡Ups! Me enamoré de mi mejor amiga


Qué dilema tan terrible, ella es tu amiga del alma, tu compañera en miles de aventuras, es una mujer maravillosa, inteligente, simpática, alegre, con sentido del humor, el sueño de cualquiera y por supuesto es tu ideal de amor, pero, existe un pequeño detalle: ¡es tu mejor amiga!
Sí que es tremenda esta situación, ¿qué se hace en este caso?, ¿sigues siendo la confidente de la mujer que amas, escucharás sus relatos amorosos con otras? ¿Apretarás el corazón y no dejarás salir tus emociones para no ser descubierta y es más, le darás el mejor de los consejos para que conquiste a otra mujer o te armarás de valor y le confesarás a tu amiga que ya no la puedes ver como tal sino como el amor de tu vida? ¡uf!...difícil decisión.
Cristina es una amiga que me escribió contándome esta situación -que por otro lado no me ha sido ajena en mi propia vida-. Ella dice que no sabe cómo pasaron las cosas, pero que de repente se dio cuenta de que se había enamorado de su amiga y que ahora sufre tremendamente cada vez que ella le cuenta de sus amores, pero también le duele pensar que si se lo confiesa la perderá como amiga y como posible novia y todo esto le hace sentir la más fea y triste del universo.
Es cierto, la decisión es difícil pero todo es cuestión de poner las cosas sobre la balanza y ver qué te conviene más.
Lo primero y lo que le aconsejó su hermana mayor es no ver la vida tan fatalista, no todo es negro y no se trata de tirarte al suelo para que te levanten. Hay que ser optimista y decretar siempre en positivo para que atraigas buena vibraciones y no te hundas en el pesimismo que sólo te traerá tristeza y créeme con ella no se conquista a nadie.
Ahora bien, pregúntate ¿qué te duele más, verla con otras sin darte la oportunidad de luchar por ella o poner manos a la obra? Posiblemente si tomas la segunda opción y las cosas no resultan como esperas, la relación ya no será la misma, pero, hablando honestamente desde ahora no es lo mismo y lo peor es que tú estás sufriendo.
¿No es más sano tomar al toro por los cuernos, como dice su hermana y hablar honestamente?, con esto tienes dos posibles escenarios: que tu amiga no te vea como novia y se aleje o bien en el mejor de los casos que ella sienta lo mismo y empiecen una nueva relación de amor.
Ahora bien, si ella se aleja seguramente sufrirás horrores, pero el tiempo te dará la oportunidad de que llegue alguien que ahora no ves por estar deslumbrada con tu mejor amiga. Además, siendo honestos, ¿para qué quieres ser testigo de como otras disfrutan del mujer que amas? Mejor lejos y que cada quien haga su vida. Las abuelitas decían: Más vale una colorada y no 100 descoloridas, ¿entiendes? Lo mejor es ser honesta primero contigo y luego con ella. Deja de sufrir y lucha por lo que quieres, es mejor decir me acuerdo y no me imagino. Si tu amiga no siente lo mismo por lo menos no tendrás que fingir que no te afecta el verla con otra, ya no te lastimes más, que esa relación te hace más daño a ti que a ella.
 Tú tienes la última palabra.

viernes, 13 de diciembre de 2013

SALVOCONDUCTO




En este caso tengo el placer y el honor de contar con la valiosa colaboración literaria de una amiga y colega que ha querido participar en este blog con un relato inquietante.


SALVOCONDUCTO


Siempre nos quedará París
Casablanca

  
Amanecía cuando salimos del gueto. La ciudad se desperezaba mientras recorríamos las calles que, poco a poco, se llenaban de gente. No llevábamos salvoconducto pero confiaba en que nadie se fijaría en la marca que latía bajo la piel, como un número indeleble que señalaba nuestra condición. Cientos de desconocidos se deslizaban perezosos a nuestro paso; éramos sólo cuatro entre tantos: el salvador anonimato de unos cuerpos confundidos en la multitud.

Mientras desayunábamos en la cafetería observaba con desconfianza a mi alrededor, temía que mi cara reflejase las huellas del pecado reciente y me delatara. Relajada, sin embargo, la pareja que nos acompañaba se comía la boca a besos entre sorbo y sorbo de café. Nadie parecía reparar en ellos y si lo hacía era con envidia o, quizá, con cierto reproche por aquel dedo anhelante que acariciaba de modo casi imperceptible el pezón de ella. No les importaba el mundo, de todos modos; ellos podían hacerlo, estaban a salvo, seguían las reglas impuestas por los otros. Nosotras no. A nosotras no se nos permitía; por eso nuestras rodillas apenas se rozaban, el hombro rehuía al otro hombro, los dientes apresaban los propios labios. Labios que horas antes se exploraban y descubrían en la oscuridad de una discoteca de Chueca y que ahora callaban, silenciados por el miedo y la vergüenza.

Se removía incómoda en la silla de plástico. Intimidada, supongo, por la gran ciudad desconocida y mi silencio. Una de las veces su costado rozó el mío y nos quedamos inmóviles. Observé por el rabillo del ojo su cuerpecito delgado, tembloroso y tenso. De repente, respiro con fuerza, levantó la barbilla y apretó los dientes llena de determinación; sentí su mano cálida entrelazando la mía bajo la mesa, contuve el aliento y el instante se congeló.

Me invadió el pánico. Cualquiera podía vernos; cualquiera podía señalarme con su dedo (otro dedo, menos amable, hiriente, juez y verdugo) acusador. Ella se iría pronto, pero yo quedaría allí, en mi ciudad y la marca que ocultaba celosamente sería visible sobre la piel, para siempre. Separé la mano con brusquedad.  Al cabo la miré, furtiva, a los ojos. Leyó la cobardía en los míos y yo... yo la decepción en los suyos. 

Cuando inclinó la cabeza supe que nunca nos quedaría París; ni siquiera nos quedaría Madrid.


Gema Bocardo

BREVE CURRÍCULUM LITERARIO


Gema Bocardo
Blog personal: Puentes y muros 

Licenciada en Derecho. Narración oral y recitales poéticos desde 1996, habiendo formado parte de la Red de Arte Joven de la Comunidad Autónoma de Madrid.
Escribe poemas, canciones y relatos, algunos de los cuales han sido publicados en diversos blogs y revistas  literarias como Trajín, Azahar, Con sabor a delito, Acantilados de Papel, Groenlandia, Realidades y Ficciones, GayArt... Otros han sido seleccionados en premios literarios como Picapedreros 2012, Ars Creatio 2012, El Dinosaurio 2013, Aseapo 2013, Espartinas 2013...
Colaboradora de La Revista La Oca Loca
Escritora para ICContenidos
Relato Perfecto, publicado en la antología Banco de Maridos Defectuosos.
Poema Anoche en antología Versos en el aire.
Microrrelato seleccionado para la antología Viejos Amigos 2013


viernes, 15 de noviembre de 2013

LEYENDO HASTA EL AMANECER. POR DAVID M. VILLA MARTÍNEZ




Esta relato es mi colaboración al programa de radio "Leyendo hasta el Amanecer"

 LEYENDO HASTA EL AMANECER

El día amaneció gris, ausente de sol y enmascarado bajo una niebla espesa y mansa. Milagros desayunaba temprano y sola. Desvelada, angustiada, ansiosa y entre brotes de llanto amargo había estado leyendo hasta el amanecer en un intento de distraerse, de concertar su dispersa mente llena de desazón y miedo. En los momentos en los que se permitió concentrarse, por tercera noche insomne consecutiva, había logrado algo de paz.

Mordió una magdalena de manera mecánica, con desgana llena de nausea a causa del estomago cerrado por los nervios y acabó de beber su café justo en el momento en el que algunos huéspedes irrumpían en el comedor. A las risas y comentarios de cierto tono picante y burdo se dijo que un paseo le sentaría bien y abandonó la gran casa rural en la que se hospedaban.

Muy abrigada, caminando deprisa llegó hasta la calle principal, la única vía asfaltada del pueblo, que intentaba sobrevivir mediante el turismo rural; agradeció pisar al fin terreno uniforme, urbanita… Al pronto se sentó en el saliente de una casa y se masajeó las plantas doloridas por el suelo empedrado de los años cincuenta, que hacía que los pies se torcieran constantemente, convirtiendo el andar en una lucha por mantener el equilibrio cuan fonanbulista inseguro.

Ocupada en esa tarea contempló la arteria principal de la villa que se abría un poco más a la izquierda formando una plaza repleta de tipismo, conservada sin apreciables variaciones desde hacía varios cientos de años y que ahora era utilizada como reclamo turístico.

Allí había llegado con tres amigos más hacía cosa de una semana, con el fin compartido de gozar de itinerarios que se anunciaban inigualables y poco explotados, casi salvajes con el propósito de distraerlos, cabalgar, relajarse, investigar, hacer senderismo…

Los dos únicos bares estaban cerrados y tuvo que esperar aterida de frio más de media hora para que uno de ellos abriera. Fue, sin embargo, una vana espera porque el bar no tenía teléfono; debía aguardar a que abriera el otro establecimiento y, aunque no le convenía, decidió tomar otro café para entrar en calor siendo consciente de que ya nada le pondría más nerviosa de lo que se encontraba. Aún sabiendo la inutilidad de su gesto comprobó de nuevo si su móvil tenía cobertura con el mismo desesperante resultado negativo. Aquella zona montañosa tenía sus caprichosas lagunas para la telefonía móvil convirtiendo en imprescindible aquello que parecía haber sido desechado para siempre: el teléfono fijo.  Todas las aplicaciones de los llamados móviles inteligentes existían…

El camarero, un hombre avejentado prematuramente por el clima y cuya lentitud se acentuaba a los ojos inquietos de Milagros, puso en funcionamiento el antiguo aparato de radio. Ella miraba reiteradamente el reloj de su muñeca, lamentándose impotente del perezoso transcurrir del tiempo. Su ensimismamiento se rompió al oír que el locutor se refería al pueblecillo en el que ella se encontraba y que hablaba con voz neutra de emoción de tres personas perdidas en la montaña, comentando que la búsqueda se estaba dificultando por la gran nevada que caía en su cima desde la noche anterior. Milagros miró a través de la ventana la cumbre nevada que sus amigos se habían animado a transitar antes de que el imprevisto cambio de tiempo se los tragara. Ella se había negado a acompañarlos alegando que había olvidado el calzado adecuado, lo cual era cierto Al bajar la vista posó sus ojos ante un cierre metálico que se deslizaba; el otro bar abría.

Entró en el local como si hubiera llegado al único oasis del desierto y sin poder controlar su alegría se dirigió a saltos al aparato telefónico. El regocijo fue disminuyendo a medida que se sucedían las llamadas. En tres intentos consecutivos la línea comunicaba, en otra le respondió una voz femenina gravada que le invitaba a esperar o escoger opciones numéricas que no le servían para su caso. Luego volvió a comunicar reiteradamente. Desistió.

Los periodistas y cámaras desplazados hasta el lugar de la noticia irrumpieron en grupo. Por un momento estuvo tentada a acercarse y preguntar si sabían algo. Recapacitó, pues posiblemente fuera ella la interrogada y acosada por preguntas insulsas y programadas para casi todo tipo de ocasiones: ¿Cómo se encuentra? ¿Mantiene la esperanza? ¿Cuál es su relación con los desaparecidos?... Aturdida y fastidiada se escabullo abandonando el bar dejando un billete de cinco euros en la barra sin esperar el cambio. No quería admitir ante sus compañeros que se había rendido al desaliento, que se había pasado las noches de angustia leyendo hasta el amanecer para negar la posibilidad de la inminente comunicación de que habían encontrado sus cuerpos sin vida.

Frente a los bares estaba la iglesia, cuya puerta entornada le invitaba a entrar, ofreciéndole la seguridad de la isla firme en el mar embravecido. Al menos podría esconderse de la prensa durante un rato. La agnóstica se introdujo en la fría nave y sentándose en uno de los bancos más próximos al altar sucumbió al llanto, escondiendo el rostro entre las manos, sin poder dominar su cuerpo tenso y agarrotado por los nervios, sacudido ahora por convulsiones y estremecimientos de zozobra.
No pudo detenerse siquiera cuando alguien se sentó a su lado y le pasó el brazo por los hombros, intentando con suaves palmaditas calmar su aflicción. Asomando la cara fuera de sus manos, Milagros vio que una mujer de mediana edad con una leve sonrisa y una mirada rebosante de serenidad y entereza le contagiaba de tranquilidad. No hubo palabras pero ella sintió que la comunicación entre ambas era perfecta y que aquellos instantes sirvieron para que descargara sus preocupaciones.
Una voz viril interrumpió aquella escena:

-¡Madre, los han encontrado! ¡Están vivos!

La mujer se levantó inmediatamente y siguió al muchacho. Desde la puerta se volvió a Milagros y mirándola una vez más desapareció. Ella lloró ahora suavemente, mientras una alegría y una calma extrañas se apoderaban de su cuerpo, de su alma, relajando sus músculos y, poco a poco, agotando el caudal de sus lágrimas.

A las pocas horas, en los bares abarrotados se daba oficialmente la noticia. Sus amigos perdidos habían encontrado un abandonado puesto forestal aún en pie donde refugiarse. Heridos, cansados, con miedo, hambrientos, con tan solo sus linternas preventivas habían pasando las noches al resguardo, apretados, abrazados dándose calor mutuamente; leyendo hasta el amanecer un libro de hojas quebradizas olvidado decenios atrás. Cada uno de ellos estuvo leyendo hasta el amanecer para los otros, por turnos… para permanecer despiertos y que el sueño de la muerte no se apoderara de ellos mientras dormían; para asustar al miedo, para que su llanto no congelara sus mejillas, para centrarse en la esperanza que acorta las horas. Cada uno había volcado su propia emoción, entonación, sentimiento logrando un crisol desde un mismo punto de partida.


Milagros sonrió al darse cuenta que, durante aquellas noches en vela, había estado mucho más cerca de sus amigos de lo que había esperado; que no les había fallado. 


Os recomiendo escuchar, si aún no o habéis hecho, el programa radiofónico "Leyendo hasta el Amanecer", donde también podréis tener acceso a los programas anteriores:



En facebook encontrareis todas las semanas información actualizada y haceros seguidores.

domingo, 10 de noviembre de 2013

LA GOTA DE LUZ. POR DAVID M. VILLA MARTÍNEZ






Somos lo que somos,con nuestras virtudes y defectos. Es en lo que somos donde,tras muchas experiencias, buscamos lo que queremos ser.

LA GOTA DE LUZ

      Aquella gota de luz, un minúsculo átomo de claridad, curiosa e inquieta con asomarse fuera de la red ardiente que la envolvía, y que la preservaba, según decían sus compañeras, de la terrible y mortal oscuridad, no dejaba de experimentarse a sí misma
        Ella sabía por lo que le habían contado, que fuera del calor que la unía a otras innumerables partículas luminosas, solo existía la negrura de las tinieblas, el frío que extingue la vida; pero esto, lejos de intimidarla, avivaba aún más su imaginación, estimulando su voluntad ante lo que suponía el mayor reto de su ínfima existencia.
      Había límites marcados, normas establecidas, modos de  comportamiento por los que todas se regían, pero ella se percibía incompleta a pesar de las grandes posibilidades que se presentaban ante sí.
      Mientras tanto, seguía naciendo en las farolas y tubos fluorescentes, en las bombillas navideñas y en los focos de un teatro o de una feria, aunque prefería el movimiento de la llama de una vela, donde mil y un corrientes apenas perceptibles la balanceaban en una danza insinuante e hipnótica. Ardía también en fuegos abrasadores, destructores y asesinos unas veces, reparadores y festivos otras. Sin embargo la tarea que más disfrutaba era cuando, desde la nada, crecía poco a poco, inflando las velas del amanecer, hasta que la luz lo inundaba todo, o cuando se despedía lenta, pausadamente, bajo las mansas sábanas del ocaso. Entonces, se vestía con colores encendidos, y en un arrebato de coquetería se removía y contoneaba por el espacio, confundido su impetuoso entusiasmo con la emoción serena al contemplar a su alrededor el horizonte de un cielo fulgurante e ilimitado.
      A pesar de todo ello, en alguna parte de su elemental anatomía sentía acrecentarse el vacío,  el anhelo de hacer cierto deseo ignorado, que la sumía en una tristeza inclasificable, en la que a duras penas evitaba el naufragio, asida a una tenaz voluntad de búsqueda y a un recelo innato de la rutina y la costumbre. ¡Tenía que haber más!
   Cuando peor se encontraba, a punto incluso de que se desmoronara su férrea autoestima, y tal vez para hacer cierto aquello de que Dios aprieta pero no ahoga, su enigma vital encontró solución.
        Dado su estado confuso, había sido enviada a un arcoíris. Se estaba mudando del azul al rojo cuando observó algo que la dejó pasmada entre ambos colores, arrobada por la sorpresa del encuentro con su propio destino.
     Unos humanos miraban hacia ella y el más pequeño no paraba de brincar, gritar y señalar en su dirección, alzando las manos en un vano intento de agarrarla. Su sonrisa y pequeños saltos despertaron inmediatamente su simpatía y su ternura, mas no fueron los que apresaron su atención, sino sus ojos, provistos de un brillo que, como un castillo de fuegos artificiales, se deshacía en chispas de marfil, virutas albinas de pureza e ingenuidad, con una luminosidad que desde su minúsculo receptáculo competía, sabiéndose ganadora, con la energía absoluta del Universo.
      Y desde ese momento esta briza de nieve encendida, se sintió completa, con la ilusión decidida de llegar a ser algún día tan solo aquello que nunca fue capaz de imaginar: la luz de la mirada de un niño.

domingo, 3 de noviembre de 2013

AUDIO LIBRO: ELLA






A todos mis post les tengo cariño, en cada uno he expresado algo o ese algo ha dicho de mí. Sin embargo, no puedo evitar sentir cierta predilección por este. Es el primer post de este blog :el del 15 de Julio del 2012. El tiempo ha pasado lento y rápido a la vez y no pensé llegar hasta aquí y, si así es, ha sido gracias a vosotros...



RETRATO DE UNA SOLEDAD EN EL OTOÑO DE LA VIDA: UN AFECTO Y COMPLICIDAD PERDIDOS  





viernes, 1 de noviembre de 2013

YA HA SALIDO EL NÚMERO CINCO DE LA REVISTA DIGITAL GRATUITA "GAY+ART"




YA HA SALIDO EL NÚMERO CINCO DE LA REVISTA DIGITAL GRATUITA "GAY+ART"

Como regalo de Halloween os presentamos este número con contenidos que espero que sean de vuestro agrado.Ya podeis descargaros el nº5 de Gay+Art (revista de literatura y arte grafico gay)

Un grupo multidisciplinar de artistas os ofrecemos la revista digital gratuita GAY +ART en el enlace.


Podéis descraros tambien los numeros anterioresSi os gusta, por favor, compartid el enlace.

lunes, 28 de octubre de 2013

ESPECIAL HALLOWEEN: CHAMPÚ PH 6 (ANTI-GRASA) -Versión íntegra- POR DAVID M. VILLA MARTÍNEZ



En ocasiones una misma situación o ambiente nos puede crear filias y fobias paralelas, placeres y displaceres que no somos capaces de gestionar.

CHAMPÚ PH 6 (ANTI-GRASA)
VERSIÓN ÍNTEGRA


Ángel entró en la sala. Su cara reflejaba una serenidad que, dada la situación en la que se encontraba resultaba anacrónica, extravagante; algunos la denominarían como curiosa… Los objetos que observó, escasos y viejos, a duras penas lograban imitar la normalidad usual y cotidiana, pero su visión fue suficiente para que se olvidara instantáneamente del caprichoso y brutal destino que había encaminado sus pasos hasta horas antes del desenlace final.

El brusco y seco sonido metálico que se cerró a sus espaldas pareció empujarle hacia una silla cuyo respaldo inclinado desembocaba en una pila de piedra blanca en su origen, descascarillada y deslucida que evidentemente había conocido tiempos de esplendor que ya no existían. Ahora se asemejaba más a un elegante abrevadero de ovejas o cabras.

Se sentó y se dejó caer sobre el mullido asiento de imitación a cuero, cuarteado y desgastado, relajando totalmente el cuerpo hasta que notó en la cabeza, especialmente en la nuca, el frío tacto de piedra. La molestia de la postura, un tanto forzada dado su altura, y el pinchazo de hielo opresivo en las sienes desaparecieron, fugaces, arrastrados por el chorro de agua ardiente y humeante que le iba recorriendo la cabeza como una lluvia purificadora y esterilizadora en tierra reseca y estéril tras una guerra bacteriología.

Agradeció después el frescor del champú deslizándose por la esfera de su dolicocéfalo cráneo y, con los ojos cerrados, se abandonó al masaje de unas manos expertas que amasaban su pelo con cierta rudeza, ejerciendo una presión medida, precisa, recorriendo sin orden toda la superficie en lo que se le antojó un contacto húmedo y provocador, que al aproximarse al cuello y rozar levente las orejas le arrancaron chispas de placer, erizando el vello de su brazos, recorriendo el valle de su espalda con pequeñas descargas de escalofrió que se concentró entre sus ingles. Sintió como el masaje hacía crecer la espuma, y la sensación algodonosa con fragancia a durazno y avellanas le trajo recuerdos de su infancia cuando acompañaba a su madre al “Salón de Belleza”, como a ella le gustaba decir. Allí, desde sus ojos inocentes de niño, no se cansaba de mirar los movimientos y contoneos de las muchachas, los brazos remangados y las manos enfundadas en los húmedos guantes; para él era un misterio el cambio -tanto físico como anímico- que experimentaban las mujeres trascurrido todo el proceso de lavado, corte, peinado y todo un sinfín de combinaciones alquímicas mezcladas en aquel ambiente de alegría, despreocupación y cotilleos que despedía un constante olor de lacas y tintes.

La espuma le entró en los ojos, le ardían; sintió unos momentos de pánico antes de intentar apartarla con el dorso de las manos. El contacto con una toalla más rígida y áspera de lo deseable le trajo bruscamente al presente y se encontró sometido a meneos enérgicos, a los que se abandonó con resignación. Después abrió los ojos enrojecidos por el escozor como si quisiera comprobar cuantas cosas habían quedado en su sitio tras el temblor, y examinó la habitación, parpadeando ansiosamente, con un lento movimiento de cabeza, perplejo, como si se extrañara de estar entre aquellas paredes grises, desconchadas y frías, con una pequeña ventana enrejada como única decoración.

Se sentó entonces en otro sillón, notando que giraba sobre su eje y no se resistió a la tentación de formar parte de un torbellino, impulsado por uno de sus pies. Una vez parado, el regular sonido de la tijera le hizo cerrar los ojos aún dolientes y rememorar de nuevo como las mismas muchachas que atendían a su madre se peleaban por aturdirlo con mimos y carantoñas. A pesar de no ser un niño tímido, las picardías que entre risas llegaban a sus oídos y un miedo- sin fundamento racional- a que las tijeras que no paraban de frotar sus dos hojas le produjeran algún corte sangriento, conseguían que se convirtiera en estatua, anulando por unos minutos su curiosidad y asombro dejando paso al resentimiento, al pánico y al odio ciegos. Todas en la peluquería reían ante aquella escultura catatónica y sudorosa en forma de niño pálido con pantalones cortos y mirada color verde perdido.

El anuncio de que ya era suficiente rompió la mezcla de ensueño y pesadilla de una manera que asumió como definitiva. Simultáneamente a la orden impersonal, el eco de la tijera dio paso al zumbido eléctrico de una maquinilla vieja que empezó a rapar su higienizado pelo -que se depositó en suelo de cemento en grandes mechones-, destrozando la obra recién hecha y preparando el cráneo del apodado “Asesino de las Peluqueras” para los electrodos que serian adosados como ventosas mortales en distintos lugares de su anatomía.

Cinco años atrás había sido condenado a la silla eléctrica, sentencia que debía de ejecutarse dado que los atenuantes justificados, la ausencia de historial delictivo anterior y los recursos que se sucedieron ante las autoridades cada vez más superiores y también más remotas, no surtieron el efecto buscado.

Mientras la preparación para algo que sabía se convertiría en un macabro espectáculo para los familiares de sus víctimas, sonrió. Tampoco pudo evitar sonreír al evocar la sorpresa del director de la prisión al oír su última voluntad: un lavado de cabello con el mejor champú del mercado…

Ahora, una nueva idea cruzó su cabeza, ya libre de cabello: seguiría con los ojos cerrados hasta que todo acabara; su última protesta sería negarse a ser testigo de su realidad externa.

Así, con la única visión de sus recuerdos más felices, dueño al fin de su vida, eligió el momento de marcharse y, envuelto en la oscuridad de un camino sin tiempo, se despidió de lo que le quedaba de cordura recordando con ternura los ojos extirpados con afiladas tijeras de las peluqueras a las que había asesinado y que lavaba meticulosamente junto a su cuerpo y ropas ensangrentadas en la bañera, con champú Ph 6 (antigrasa)...


¡Ver flotar los ojos en la superficie espumosa de color rojo frutas del bosque a causa de la sangre y jugar con ellos como un niño con su patito amarillo le proporcionaba tanta paz y felicidad…! ¡Se sentía tan seguro! 


viernes, 25 de octubre de 2013

LEYENDO HASTA EL AMANECER : PROGRAMA DE RADIO SOBRE LITERATURA, LECTURA Y CREACIÓN LITERARIA






Hola a todos:

Ha sido un parto con dolor, pero mis compañeros de Circulo Mundi Book ya estan aquí con su primer programa. Cómo no, dadas las fechas lo dedican al terror.
El equipo esta formado -hasta el momento- por: Covadonga Gonzälez-Pola, Daniel García, Carmen F. Mat, Miguel Arcaz, Ana Bernal y Cristina del Toro Tomás



El programa está ya disponible en iTunes, donde podéis suscribiros al podcast:


https://itunes.apple.com/us/podcast/leyendo-hasta-el-amanecer/id731709312?mt=2&ign-mpt=uo%3D4


Aquí podéis escucharlo online:


http://www.leyendohastaelamanecer.com/wp-content/uploads/2013/10/piloto_halloween.mp3


Y muy pronto también en stitcher.com

Han trabajado muy duro y seguiran esforzándose por mejorar con cada programa, por lo que esperamos que os guste, que os animéis a compartirlo a participar y a enviar todas vuestras sugerencias.

También podéis seguirlos en nuestro Facebook:


www.facebook.com/leyendohastaelamanecer

Y en Twitter: 


@LeyendohastaAmanecer

martes, 22 de octubre de 2013

PDF gratuito con todos los relatos leídos en el Espacio Niram en la velada de Relatos "Vuelta al Cole"


PDF gratuito con todos los relatos leídos en el Espacio Niram en la velada de Relatos "Vuelta al Cole"  




¡Ya está!, ¡Ya ha salido! ¡No os lo perdáis!   
Recopilación en PDF gratuito con todos los relatos leídos en el Espacio Niram en la velada de "Vuelta al Cole" del Círculo Literario Mundi Book.
  ¡Ya está!, ¡Ya ha salido! ¡No os lo perdáis!  


Aquí está, chicos: la recopilación de relatos de Vuelta al Cole.
Esperamos que os gusten. Autores:
Ana Bernal, Miguel Arcaz, Carlos Carlos , Cristina del Toro Tomás y David Villa

  En tiempos de crisis es lo que os ofrecemos con toda nuestra ilusión y cariño.


jueves, 3 de octubre de 2013

VÍDEO DE LA LECTURA PUBLICA DEL RELATO "¿ASIGNATURAS PENDIENTES?" EN EL ESPACIO NIRAM


VÍDEO DE LA LECTURA PUBLICA DEL RELATO "¿ASIGNATURAS PENDIENTES?" EN EL EVENTO "VUELTA AL COLE" DEL CIRCULO LITERARIO MUNDI BOOK EN EL ESPACIO NIRAM




El comienzo de curso suele estar repleto de expectación a la vez que miedo, de propósitos de enmienda que solemos olvidar.







viernes, 27 de septiembre de 2013

NECESITO VUESTROS VOTOS PARA LOS PREMIOS BITÁCORAS 2013




Hola amigos, y amigos de amigos, pues espero que divulguéis este evento lo más posible.

EL ARCÓN DE LAS FÁBULAS (BLOG LITERARIO LGTB+H) 
participa en este concurso de los IX Premios Bitácoras de Rtv.es
Visita el blog,copia la dirección del blog:
 pincha

en el logo Premios Bitácoras 2013
En la pestaña Votar aparecerán estas opciones:
Para participar en los Premios Bitacoras.com 2013 deberás tener una cuenta en Bitacoras.com o identificarte mediante Twitter o Facebook. Puedes registrar una nueva cuenta si no dispones de una o bien validarte en el sistema. También puedes utilizar Facebook y Twitter para votar.
Una vez decida la forma de votar, ve a la pestaña votar . En la categoría de Blog Personal personal pegas la dirección del blog - el mío evidentemente-. Al final de la pagina repite el Captcha.


Espero que os animeis y divulgeis este evento lo más posible. 
Muchas gracias por vuestro tiempo y colaboración.
Un abrazo a todos.




Presentación e instrucciones en audio.





domingo, 22 de septiembre de 2013

¿ASIGNATURAS PENDIENTES? POR DAVID M. VILLA MARTÍNEZ






El comienzo de curso suele estar repleto de expectación a la vez que miedo, de propósitos de enmienda que solemos olvidar


¿ASIGNATURAS PENDIENTES?


Este tiempo me ha servido para reflexionar, para ser consciente de mis “asignaturas pendientes” y de la causa de no haberme aplicado lo suficiente durante el curso pasado. Desde donde estoy, desde esta perspectiva, soy capaz de entender y sentir esa parte de mí que no fue lo suficientemente diligente, que no dedicó el tiempo y energía apropiados para interiorizar las lecciones; que se me dieron muchas oportunidades para enderezar mi camino pero permití  que la pereza, el miedo, las distracciones por cosas irrelevantes me invadieran. Tendemos a evadirnos de los compromisos y evitar aquello que de alguna manera requiere nuestro mejor esfuerzo.

No es que ignorara totalmente las señales de aviso; se me dieron muchas. Algunas venían de fuera, otras de mi mismo. El caso es que, a pesar de saber que las cosas no están todo lo bien que podían estar, no hice demasiado por pensarlas y sentirlas desde otros puntos de vista. Pero en este momento soy capaz de ser consciente de que de todo se aprende y que asumir la reprimenda de otros o auto castigarse es un derroche inútil de energía que no ayuda en nada, mas que a la inmovilidad y la culpa. Simplemente es mejor hacerse cargo, hacerse responsable. No puedo consentir recrearme y perder tiempo en lo que pude haber hecho ayer: el ayer ya no existe. Puedo esperar y desear que el mañana sea distinto; si, pero sin aferrarme a los objetivos, a mi propio deseo para alimentar un ego que me separa de los demás. Es el presente, el aquí y ahora lo que cuentan y donde me doy cuenta de lo que soy… que Soy…

Tengo la absoluta certeza de que también en esta ocasión muchos intentarán inculcarme conceptos y esquemas mentales a los que tendré que someterme al principio, nuevas reglas, nuevos dogmas. Al fin y al cabo es un lugar diferente en el que se me da la oportunidad de aprender y que en gran medida he elegido. Con trabajo y esfuerzo tendré las suficientes oportunidades como para cuestionarme todo y elegir yo mismo. De entre todo lo que me enseñen tendré que escoger con que me quedo y que descarto. Sin cuestionarse lo aprendido, sin tener la valentía de aplicarlo y obtener resultados concretos no se avanza, no se aprende, no se descubren nuevos horizontes.

Se que en esta ocasión me será más fácil recordar la teoría de algunas asignaturas, pues muchas de las situaciones, vivencias y lecciones me son familiares, ya las he vivido. Solo tengo que estar abierto a lo que venga y esmerarme en las prácticas. Es bastante probable que al principio sienta desconcierto, desconfianza, incluso miedo. Mientras me permita sentirlos, reconocerlos y gestionarlos todo estará bien. Debo ser lo suficientemente lucido como para no consentir que me inmovilicen. Ante tanto que aprender viviendo –o vivir aprendiendo- en otras ocasiones, en otros cursos, me he sentido o abrumado y disperso, o demasiado rígido en mis objetivos como para aceptar las nuevas experiencias que podía experimentar con mis compañeros, o que herramientas eran las más adecuadas para determinado fin, o incluso si tenía que “inventarlas”.

Este nuevo periodo de aprendizaje se me presenta fascinante, lleno de retos. Ahora estoy tranquilo, en paz, lo tengo todo planificado, pero llegada la hora es muy probable que me ponga nervioso y olvide.

Mi nuevo cuerpo físico acaba de ser fecundado en esta limitada realidad en la que el tiempo se mide. Mientras la mitosis se multiplica exponencialmente la parte de mi ser que se está encarnando va olvidando las causas por las cuales eligió a estos padres prestados, a sus futuros amigos, compañeros de trabajo o sentimentales y las enseñanzas que decidió vivir. En este nuevo envase carnal limitado a tan solo tres dimensiones, esa parte de mi alma va olvidando que es polvo de estrellas, que pertenece a un todo. Inicialmente se verá aislado y separado cuando tome conciencia de sí mismo; cuando se sienta identificado con su organismo, no recordará el motivo por el cual eligió un cuerpo más o menos agraciado según las estructuras mentales en las que se ve inmerso, su sexo y orientación sexual; ni porque escogió nacer en el entorno de una religión determinada o ausencia de ella, evolucionar en una sociedad en paz o en guerra, en pobreza o riqueza..

Empieza a olvidarme una vez más, tal como ha sucedido a lo largo de interminables encarnaciones. Flotando en el líquido amniótico se siente, en cierto modo, como en casa pues el cordón umbilical le nutre, le alimenta, le conecta a su madre como los chacras alineados conectados a la tierra. Cuando tenga conciencia de sí mismo y posteriormente Consciencia se conectará con su esencia, con su Yo, Conmigo… e intentare ayudarle a despertar para que conciba en Nosotros, en la Unidad; para que le resuenen en su vivencia en tres dimensiones las vibraciones de otras vidas pasadas y venideras en las que los conceptos de tiempo y espacio solo son unos mas de las muchos experimentados. No soy un cuerpo que tiene un alma que experimenta la divinidad si, así lo escoge; soy una parte de la divinidad, una parte de un alma que se experimenta a sí misma a través de un cuerpo en unas condiciones maravillosamente limitadas y llena de posibilidades.  Aunque sus inquietudes le susurren que hay algo más, que Soy más, tendrá libre albedrío como para hacerlas caso o no. Puede que sea un loco feliz o un cuerdo triste, que dude y me equivoque: mi ego tendrá mucho que ver con ello. Eso también es aprender y experimentarse a sí mismo. No he de juzgarme por ello, ni hacerlo con los demás. No hay equivocaciones, todo es aprendizaje; todo es como debe ser, aunque esa parte de mi o ajena no las entienda.

Ahora, esa porción de mí, al ser parida con toda la inocencia innata siente frío y tiembla; ante los primeros parpadeos se ve cegada por esta diferente calidad de la luz, y llora. Solo se calma un poco cuando es abrazada por su madre concertada. ¿Karma? ¿Dharma?... ¿Qué más da? Esta existencia es lo que cuenta, el aquí y ahora, el actuar y sentir lo más honestamente posible con uno mismo y por lo tanto con los demás.

Mirar a los ojos de un bebé es la oportunidad de asomarse al misterio de la creación. Todo es como debe ser, soy perfecto tal y como vosotros lo sois; lo que sucede es que lo hemos olvidado al identificarnos con nuestro ego. Independientemente de las circunstancias soy lo que pienso, lo que siento… al igual que vosotros. ¡Creo mi realidad¡

Ese fragmento de mi  comenzó así su nuevo primer día de clase en la escuela de la vida de la tierra, hasta encontraros a vosotros…, hermanos de dorada luz…, compañeros de clase a la vez que maestros.

Por cierto, aburrirse o dormirse en clase es habitual. ¡Despertad!




viernes, 6 de septiembre de 2013

HA SALIDO ELNÚMERO CUATRO DE LA REVISTA DIGITAL GRATUITA "GAY+ART"




YA HA SALIDO EL NÚMERO CUATRO DE LA REVISTA DIGITAL GRATUITA "GAY+ART"

Tras el verano volvemos a la normalidad y con nuevos contenidos que espero que sean de vuestro agrado.Ya podeis descargaros el nº4 de Gay+Art (revista de literatura y arte grafico gay

Un grupo multidisciplinar de artistas os ofrecemos la revista digital gratuita GAY +ART en el enlace.



Si os gusta, por favor, compartid el enlace.

miércoles, 28 de agosto de 2013

EL CIERVO.POR DAVID M. VILLA MARTÍNEZ





EL CIERVO

Cuando, por extraño que parezca, somos conscientes de que podemos elegir.


Tras haber escuchado el toque de una lejana trompeta que se prolongó en el aire durante unos segundos, Mario comenzó a andar por el camino. Colgada del hombro, una mochila pesada con cosas mayoritariamente innecesarias descansaba sobre el cinturón de cartuchos que rodeaba su cintura; una escopeta prolongaba su brazo derecho, a la vez que la mano se cerraba en una firme presión alrededor  del arma.

Andaba despacio, en una cadencia monótona, mirando a derecha e izquierda alternativamente, como un radar que alertara de cualquier alteración del paisaje o indicio de riesgo. A ratos, se detenía y entonces, sus oídos se afinaban en busca del roce delator que indicara la presencia de la presa o de un peligro inminente.

El camino que había elegido ese día subía cada vez más y pronto se encontró en la cima de un pequeño monte, lo suficientemente destacado sobre el horizonte como para mostrarle la difusa lejanía, desenfocada por las corrientes de aire cálido que oscilaban verticalmente.

Cansado, dolorido y con sed contempló ensimismado la geométrica división de la tierra, como un inmenso puzle de piezas marrones y verdes, salpicado por pequeños círculos de amapolas rojas y las reptantes líneas de arroyos y afluentes líquidos.

Mario guiño un ojo y alargó la mano izquierda. De esa manera la ausencia de perspectiva anulaba las distancias y, como en un ensueño de gigante, le permitía aplastar la mancha de un pino o borrar con el pulgar los alineados puntos de una viña como si creara su propia realidad del paisaje que contemplaba. Cerraba ambos ojos, los abría, alternaba su visión con uno y con otro comprobando cuan distinta era la percepción: total, parcial, angular, periférica… siempre limitada.

Todo parecía estar al alcance de su mano, como en una exposición interactiva que no comprendía del todo, como en un mundo alternativo en el que los sueños se consuman instantáneamente sin pensar en el ayer, sin esperar al mañana.

Al recuperar su visión total -la de siempre, la acomodada a lo que han de ser las cosas según el criterio general- la superposición infinita de planos se alejó de aquella naturaleza imaginaria y le trajo de nuevo a su realidad. Llevaba demasiados años ocupándose tan solo de pequeñas tareas, nada demasiado prolongado, percibiéndose limitado e incapaz de tomar una decisión sobre su futuro.

Los consejos externos -como calmantes anestesiantes de los deseos- que le recomendaban que siguiera hundido en una vida acomodada, sin grandes aspiraciones asegurándolo un sostenimiento uniforme y suficiente habían logrado que las demoras, miedos y postergaciones impidieran, con su entramado espeso, vislumbrar la luz de un desenlace cierto.

La última gota que en un suministro lento e infatigable amenazaba con hacerle zozobrar en el mar de los parásitos, había sido aquella cacería, que ahora veía como una droga más, otro entretenimiento nuevo para adormecer la conciencia, la inseguridad, la soledad y el dolor.

Mario, movido por una inercia perezosa, descendió del montículo. Siguiendo un extraño empuje, abandonó el camino y se internó campo a través. Conjurando el temor al extravío, se movió en línea recta siempre que supo, salvando para ello los desniveles que servían como lindes del terreno, atravesando barbechos poblados de maleza densa que le llegaba hasta la cintura, o introduciéndose en los arroyos. En algunos estuvo cerca de caer al resbalar en algunas piedras mojadas e incluso pensó que no haría pie  y tragaría agua.

Al subir una pequeña pendiente, aquél viaje impensado, encontró bruscamente su objetivo. Mario se echó intuitivamente a tierra, a treinta metros de donde de encontraba un ciervo de cornamenta simétricamente perfecta que pastaba al abrigo una gran peña rocosa. Su silueta de un rojo mate recorría tranquilamente el terreno.

Mario -a fuerza de la costumbre- echó mano de su escopeta y sin apenas levantarse, intentó adoptar una postura más propicia, pero su pie derecho resbaló y desprendió un puñado de tierra y piedras que rodó ladera abajo.

El ciervo levantó entonces la cabeza e inexplicablemente permaneció inmóvil, atento a la figura que ya había apoyado sobre su hombro la escopeta cargada. El punto de mira del arma fue recorriendo el lomo de crespo pelo, el cuello de trazado cónico, hasta situar su cruz como el cebo que atrae la muerte, entre los ojos sin miedo.

El dedo de Mario se tensó sobre el gatillo; todo discurría según lo esperado. Así acostumbraba ser lo correcto en esas circunstancias, un reparto de papeles de acuerdo a lo convencional, a no ser que…

Un pensamiento sentido más rápido que el reflejo físico cruzó su mente y despertó su voluntad con descargas de inconformismo no exentas de inseguridad. Un estampido rompió el silencio y el arma golpeó su hombro en su retroceso causándole cierto dolor que no supo discernir, como si la costumbre le regañara por el descuido, por optar por la voluntad propia. Mario había levantado unos centímetros la escopeta, dirigiéndola fuera del objetivo que, sin asustarse caminó lentamente dirección a la peña rocosa.

Aquella primera rebelión contra lo establecido tuvo el efecto dominó que puede comenzar con los accidentes leves. Ahora, sin influencias externas, sintió una conexión especial con su interior y supo que ahí estaban la causa y el remedio del orden cósmico y también de su caos particular.

Se sentó entonces en un pequeño claro y durante unos minutos más se dedicó a reparar la entraña de sus anhelos. Después de quitarse la mochila se desnudó y se tendió al abrigo de la luz del sol reparador, mientras en la placidez de su rostro se proyectaba una segunda decisión.

Contempló emocionado como el ciervo subía tranquilamente la peña rocosa, parándose de cuando en cuando mientras volvía la cabeza y le miraba con ojos compasivos, esperando…

Pasaron las horas en un instante. No entendía, estaba fuera de toda lógica y razonamiento. Aún así, se puso de pie y comenzó a caminar, a seguirlo....

martes, 9 de julio de 2013

LECTURA DEL RELATO EN EL EVENTO "MALDITO CALOR" EN EL ESPACIO NIRAM: LICENCIATURA DE VERANO



LICENCIATURA DE VERANO


(Gracias a Daniel García -compañero de Circulo Mundibook- por ponervoz y sentimiento a este relato en el Espacio Niram al no poder yo asistir)

El calor, el maldito calor no impide que "los chicos de alquiler"se ganen su sustento.


LECTURA DEL RELATO EN EL EVENTO "MALDITO CALOR" EN EL ESPACIO NIRAM: LICENCIATURA DE VERANO

Aun siendo las cuatro de la madrugada el bochorno de estas noches de Junio es insoportable. El “portero” -un hombre maduro de rostro afable a la vez que respetuoso- viste un uniforme azul y rojo. Inclinando levemente la cabeza como señal de cortesía nos da la bienvenida al Hotel. Mi acompañante corresponde; yo soy incapaz de articular palabra.

Traspasamos la balaustrada de hierro forjado -de al menos tres metros de altura- y pisamos la larga alfombra roja como si fuéramos embajadores en visita oficial. Admiro el techo, embobado, contemplando las inmensas lámparas de cristal iridiscente. Antes de atravesar la inmensa puerta giratoria, flanqueada por columnas dóricas, me fijo en los cuidados maceteros cuajados de flores naturales.

-Gabriel, ¿sabes que el precio no varía? –insisto agarrándole suavemente del brazo.

-De vez en cuando hay que hacer alguna locura. Nunca he venido aquí, y me apetece conocer el hotel. En cuanto al dinero... No soy millonario, pero dame este gusto -insiste meloso-. Hace mucho que quería dormir en una de sus habitaciones, y esta noche quiero hacerlo... contigo.

Con algo de malignidad disfruto de la incomodidad que siento ante la idea de que page por mi y por estar conmigo tal cantidad de dinero. De haberme llevado a otro lugar, incluso a su casa, posiblemente hubiera aceptado de mejor gana, pero la presumiblemente escandalosa minuta me desasosiega un poco. Simplemente me abro a esta experiencia, como he tenido que hacer en los últimos meses desde que no me quedó más salida…   Debe de estar forrado de dinero de todas las maneras. Este capricho no lo puede pagar cualquiera.

Me indica que espere mientras  él  se acerca a recepción. Me siento en un vistoso tresillo de color blanco impoluto con adornos dorados, admirando su comodidad. Con el rabillo de ojo él ve como paso la mano por la tapicería impulsado por una irresistible curiosidad al tacto: es suave y agradable. Ahora lo hago de una forma insinuante, llena de intención para excitarle. El recibidor no es muy amplio. Esta adornado con columnas nuevas, de mármol resplandeciente, barrocos espejos, cuadros clásicos y relojes antiguos. Intuyo que se ha prescindido del gran vestíbulo original, tal vez para evitar curiosos y corrillos, habilitándose salones adyacentes, tal y como puedo divisar desde donde me encuentro. En su casi un siglo de historia, reyes y príncipes, aristócratas, la dorada bohemia intelectual de la generación del noventa y ocho y del veintisiete, creadores de moda y de fortunas y celebridades internacionales han creado, alimentado y mantenido su peculiar estilo.

Jean Claude Van Erik, el tercer hijo de una familia de burgueses belgas, había abandonado pronto las verdes praderas y las majadas de vacas por el brillo de Madrid. Ambicioso, dotado de una notable intuición y orfebre de las relaciones humanas, decidió hacer de la hospitalidad un arte. Antes de los treinta años había conseguido comprar uno de los mejores hoteles de la capital, El Dorado, destruido desgraciadamente durante la guerra civil. En aquellos tiempos ya era el director del Mónaco. Años antes había conseguido contratar a Mariano Rivera, el más célebre chef de su tiempo. Con él formó pareja, tanto comercial como íntima. Además de cama, compartían las mismas ideas: orden y limpieza en las cocinas, cuidada presentación de los platos, calidad y frescura de los manjares hasta la mesa. Con respecto a los clientes consideraron vital anticiparse a sus deseos y satisfacer las más difíciles exigencias. El hotel debía ser perfecto, no solamente bello sino también higiénico, eficiente, íntimo y discreto. Tras la muerte del afamado cocinero -fusilado en la posguerra por “ser rojo y maricón”- Jean Claude se sumió en una profunda depresión de la que no logró salir, teniendo que abandonar la dirección del hotel. A pesar de ello, sus socios han conseguido conservar tanto los ideales de servicio como su fama.

¿Cómo iba a pensar que mi carrera de arquitecto con honores tendría estas peculiaridades? Cosas de la vida.  Ahora ya no se nota la climatización y comienzo a transpirar  de nuevo.

Cuándo Gabriel dirige la vista hacía mí, vislumbro la mirada fija que me dirige el recepcionista. Me siento avergonzado al pensar que me crean puto, un gigoló. En realidad es así; lo llamen como o llamen soy un cuerpo en venta, un chapero, un chico de compañía, un scort a la fuerza aún no muy acostumbrado a su nuevo oficio. No asimilo encontrarme en un lugar donde se codean princesas, banqueros, representantes de diversos gobiernos y grandes fortunas en general. ¡Y yo con pantalones vaqueros ajustados  “marcando tendencia” y una camiseta sudada –eso sí, de marca-!

Regresa. Tras mio permanece la mirada del recepcionista. Tampoco me importaría hacerle un favor. Un botones entrado en años de mirada afable que dice “ya-lo-he-visto-todo”  lleva las llaves de la habitación.

-Ya está –dice Gabriel con satisfacción.

-Tengo la sensación de que el recepcionista me ha mirado de una manera –digo sin pensar-... no demasiado amistosa. Vuelvo la cabeza y descaradamente le lanzo un guiño. Colorado, simula revisar el libro de admisión. ¿Acabo de reaccionar como en la película  “Pretty Woman? ¡No doy crédito¡ El calor está haciendo estragos en mi. Solo me falta mascar chicle.

Mi cliente me tranquiliza diciendo que aquí deber haber un credo básico: Ver todo sin mirar, oír sin escuchar, ser atento sin mostrarse servil, prever sin parecer presuntuoso. El botones responde asintiendo con la cabeza -con estoicismo- que así es.


La habitación se encuentra en el tercer piso. Esta totalmente alfombrada, con chimenea -más decorativa que funcional- y amueblada al estilo Luis XIV. El inmenso lecho de baldaquino ostenta un hermoso cubrecamas de chintz en tonos pastel, exquisitamente combinados. La cómoda, el tocador, el tapiz y los cuadros me recuerdan al Palacio de Versalles. Ambos nos sentimos como insaciables esponjas incapaces de absorber el maridaje de lujo, arte y belleza que despide el cuarto. Y como esponja me lanzo a precioso minibar con el propósito de reponer fluidos pasados y aminorar los futuros.

-Tengo que reconocer –me dice Gabriel, dejándose caer en el mullido colchón-  que es la más barata. De todas formas es muy bonita, ¿no? -pregunta mirando alrededor, como si buscara mi aprobación.

No replico; no sé qué decir ante este tipo de clientes. Como niños, agarrados de la mano, admiramos las rutilantes lámparas, dorados y cortinajes dobles adornados de pasamanerías. Al pasar al cuarto de baño nos encontramos con un escenario a semejanza de una pequeña terma pompeyana, con una sauna, jacuzzi y mobiliario de mármol blanco a la usanza de la época. En las paredes hay pequeños estucos imitando la época flavia, con amorcitos, trofeos y bacantes. Sin cruzar palabra nos desnudamos mutuamente arrojando la ropa al suelo. Nos sumergimos en una cálida y burbujeante fluidez. Sigo teniendo calor, pero al menos estoy aseado para comenzar de verdad mi trabajo… mi nuevo trabajo… hasta conseguir la licenciatura.